Sarvangasana - Shoulder-stand

Esta postura es muy curativa y te ayuda a dejar de lado la presión de lo que está a tu alrededor – la gravedad. La gravedad te influye y te empuja hacia abajo, haciendo que tus órganos internos se peguen más. Permanecer en esta postura unos minutos todos los días ayuda tu cuerpo a recuperar su estado natural. Permíteme añadir que Sarvangasana es una postura muy avanzada y para la mayoría de vosotros poder sosteneros en vuestros hombros en lugar de en los omoplatos va a ser difícil pero necesario. Si no te sientes listo para probarlo por tu cuenta, túmbate boca arriba con las piernas estiradas contra la pared. Por favor, no muevas el cuello en ningún momento durante la práctica.


Empezamos:

  • Prepara los apoyos (bloques o mantas) para ponerlos debajo de los hombros. La altura será diferente para cada persona, generalmente 10–15 cm de altura es suficiente. Echa un vistazo a la imagen para más detalles.
  • Apóyate sobre la espalda. El borde de los hombros debe estar alrededor de 3 dedos de distancia del borde superior de tu bloque/manta. Asegúrate de que el cuello está alineado con la columna vertebral.
  • Lleva las rodillas hacia el pecho, mientras que al mismo tiempo empujas con las palmas de las manos en el suelo.
  • Levanta las caderas y balancea las piernas hacia arriba y hacia atrás para que tus pies se muevan detrás de la cabeza, con el peso de tu cuerpo descansando en el cuello y hombros.
  • Realíneate y asegúrate de que te apoyas en los hombros sin sentir ninguna presión sobre el cuello. Tus hombros deben estar muy cerca del borde de tu manta. Endereza el cuello y realinea la cabeza para que se apoye cómodamente en el suelo.
  • Lleva las manos a tu parte inferior de la espalda. Apoya la zona lumbar.
  • Luego levanta lentamente una pierna y luego la otra.
  • Mantén el equilibrio en los hombros, mirando hacia el ombligo.
  • Quédate en esta postura por lo menos lo que tardes en hacer diez respiraciones.
  • A continuación, suelta lentamente los pies sobre la cabeza, relajando una vértebra poco a poco desde el cuello hacia abajo hasta que el coxis toque el suelo.
  • Túmbate boca arriba y relájate.
  • Para detalles de la versión ajustada contra la pared, en la que puedes permanecer hasta 15 minutos, por favor ponte en contacto conmigo.

Practicar esta postura estimula las glándulas tiroides y paratiroides, fortalece los brazos y los hombros y mantiene la columna vertebral flexible, mejora la circulación y nutre el cerebro con más sangre, por lo que la mente se relaja y mejora la digestión.

No practiques esta postura si sufres de presión arterial alta, enfermedades del corazón o enfermedades cerebrales. Tampoco la practiques durante el embarazo o la menstruación.

Es importante sentirte bien cuando haces la postura. Recuerda mantener tu concentración en el movimiento consciente, escucha, conéctate y siente tu cuerpo. Deja de hacer la postura si te sientes incómodo en cualquier momento.


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