Como al principio, terminarás con una de las posturas más fáciles pero más difíciles al mismo tiempo. Parece fácil porque todo tu cuerpo se tumba en el suelo. Sin embargo, al mismo tiempo es la más difícil porque el objetivo de esta postura es relajar completamente el cuerpo, los músculos, las articulaciones y la mente.

Estas son instrucciones breves para llegar allí:

• Acuéstate boca arriba con las piernas estiradas respetando el mismo ancho de la cadera (también puedes abrirlas más si te sientes cómodo).
• Los brazos se extienden, separados del cuerpo. Gira las palmas de las manos hacia arriba.
• Levanta la cabeza y asegúrate de que el cuello está relajado y la cabeza alineada con la columna vertebral.
• Inspira, levanta la parte superior de la espalda y gira los hombros hacia atrás y hacia abajo, desplaza el omóplato hacia atrás y relájate en el suelo apoyando todo tu cuerpo.
• Los hombros deben permanecer relajados.
• En caso de que sientas dolor en la parte inferior de la espalda, usa una manta enrollada debajo de las rodillas y levántalas un poco.
• Cierra los ojos y deja que tu respiración sea natural. Puedes comenzar con un par de respiraciones profundas, que te ayudarán a relajarte y luego fundirte en la relajación total de tu cuerpo.
• Puedes viajar a través de tu cuerpo, pidiéndole a cada parte del cuerpo que se relaje y luego sentir la relajación profunda.
• Aguanta en esta postura por lo menos 10 minutos.
• Entonces gira hacia tu lado izquierdo, colócate en la postura del embrión abrazando las rodillas y envíate un poco de amor.
• Siente alegría y luego siéntate del lado izquierdo. 

Esta postura libera todas las tensiones del cuerpo, tanto musculares como mentales. Es importante sentirte bien cuando hagas la postura. Si te sientes incómodo, usa accesorios para facilitar la relajación profunda que mereces después de tanto trabajo. 

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