Use your Core and Persevere

Hace mucho tiempo Confucio, un maestro chino, dijo: "No importa lo lento que vayas si no llegas a detenerte." Después de establecer la intención, hacer el plan y comprometerte con él, lo que queda para practicar es la perseverancia. Es fácil comenzar, pero la prueba más difícil viene cuando necesitamos seguir adelante independientemente de lo que suceda.


La continuidad es la clave
Uno de mis maestros me contó una historia:

Había un hombre, que caminaba por los picos de las montañas, buscando alegría y felicidad. Antes de que empezara, un maestro que vivía en esas montañas apareció en sus sueños diciéndole que tenía que continuar y no debía parar en su camino, pasara lo que pasara.

En cuanto empezó a caminar, muchas cuevas iban apareciendo. Al principio había cuevas llenas de comida, placeres y oro. Pensó en el maestro y continuó, sin pasar demasiado tiempo en ninguna de las cuevas. No fue fácil resistir, pero se las arregló. Pronto, otros tipos de cuevas aparecieron, llenándolo de amor y felicidad, así como de poderes mágicos. Empezó a creer que había llegado a la última cueva y no necesitaba seguir caminando. Entonces recordó al maestro. Se dio cuenta de que, para sentir la alegría constante, tenía que seguir y no detenerse. Incluso cuando pensaba que ya había encontrado lo que estaba buscando.

Sigue adelante aunque sea sólo un minuto al día
No dejes que los placeres mundanos, los pequeños logros o los momentos de alegría te convenzan de que has alcanzado tu meta final. Esto sólo hará que abandones tu práctica y sigas tus viejos patrones de comportamiento. Tienes que ser fuerte y persistir. Tu mente debe jugar contigo diciéndote lo estupendo que eres por obtener un éxito tan rápido. Una vez que dejas de practicar, los patrones antiguos volverán y los sentimientos de alegría desaparecerán. Recuerda, la verdadera alegría es continua, por lo tanto necesita un esfuerzo continuo.

Los músculos del torso – el lugar desde el que realizas tus acciones
La perseverancia está profundamente conectada con los músculos del torso ¿Dónde están los músculos del torso? Estos se encuentran en el vientre. Aquí es donde se almacena tu fuerza de vida, poder creativo y fuerza de voluntad para seguir adelante. Al actuar y moverte desde este punto, muchas cosas en la vida cambiarán. Hay diferentes maneras de activar los músculos del torso y conectarte con la fuente de fuerza y poder desde dentro. Sin importar el tiempo que decidas dedicarle, te animo a intentar hacer todas tus acciones desde los músculos del torso o al menos concentrarte y ser consciente de los músculos del torso tan a menudo como puedas durante el día. ¡Notarás la diferencia al cabo de una semana! 


Estas son tus opciones para la semana siguiente:

  • Utiliza tu respiración: Recuéstate sobre tu vientre con las piernas abiertas a la altura de la cadera, gira los talones hacia el interior, dobla los codos y pon la cabeza sobre los antebrazos. Respira con el vientre y libera tus pensamientos y preocupaciones. Siente el vientre y el centro de tu cuerpo, los músculos del torso. Utiliza cualquiera de los siguientes inciensos para conectarte más profundamente con estos músculos: enebro, mirra, bálsamo de limón.
  • Siente y conéctate: Camina usando como motor tu vientre. Debes caminar desde tu vientre, conscientemente. Siente cómo cada paso se inicia en tu vientre, con la energía de los músculos del torso.
  • Nutre y cuida tu digestión: Come alimentos que estimulen tu circulación: apio, semillas crudas, avena, cítricos, aguacates o cualquiera de estos tés: jengibre, ojo o ginkgo biloba.
  • Crea: Baila, conéctate con tu fuego interior y déjalo salir.
  • Muévete conscientemente usando Asanas o posturas de Yoga para fortalecer los músculos del torso: CHATURANGA DANDASANA – POSTURA DEL BASTÓN DE 4 MIEMBROS.

No importa lo difícil que sea la situación, cree en tí. Siente que puedes hacerlo. Escúchate sólo a ti mismo, aunque todo el mundo te diga que estás en el camino equivocado. Encuentra un lugar tranquilo y conéctate con el centro de tu fuerza. Deja que tu voz interior te guíe. 


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