
El nombre ya lo dice todo – te ayudará a volver a la etapa en la que eras un bebé, una pequeña criatura – pura, despreocupada y completamente relajada.
Así es como consigues poco a poco adentrarte en este estado de la mente:
- Recuéstate sobre tu espalda y lleva tus rodillas hacia el pecho.
- Luego sostén ambos pies con las manos.
- Siente cómo la columna vertebral se hunde en la tierra.
- Comienza a rodar a la izquierda y la derecha, también puedes sostener los dedos gordos de los pies, si lo prefieres.
- Da rienda suelta a tu risa. Ríete tan fuerte como quieras. Ríete de tus emociones y libérarlas a través de tu risa.
- Ríete de ti mismo hasta que te aceptes por completo, aceptes tu cuerpo y dónde estás en este momento.
- Relájate y deja caer el peso de tus hombros ¡La lucha ha terminado!
Estar en esta postura te hará sentir más relajado, mantener la mente tranquila y liberar totalmente la tensión de las caderas. No te estreses, sólo centrate en el movimiento consciente, escucha, conéctate y siente tu cuerpo.
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