
Dominar esta postura te da un potencial increíble para crecer más allá de lo que jamás puedas imaginar. Tómate el tiempo que necesites para construir una sólida base para lo que viene a continuación. A pesar de que parece ser simple, realmente puedes profundizar en esta postura dedicando tiempo para practicarla.
Para realizar esta postura, empieza manteniendo tu cuerpo recto. Asegúrate de que la distancia entre tus pies sea de un pie, los pies deben estar paralelos y los manos delante del pecho en posición de oración. Mantén los codos cerca de las costillas.
A menudo creemos, que estamos manteniéndonos rectos, sin embargo, no estamos alineados en absoluto. Por lo tanto, es importante comprobar tu alineación mientras que los diminutos micro movimientos tienen lugar, despertando tus pies y, en consecuencia, todo tu cuerpo:
- Levanta todos los dedos de los pies, siente la presión en el metatarso de los pies, estira los dedos de los pies hacia dentro y hacia fuera y deja que tu dedo gordo toque ligeramente el suelo. Observa dónde está sucediendo el cambio en tu cuerpo. Puedes notar cómo la parte interior de los muslos interiores comienzan a girar hacia el interior.
- Presiona tus talones por el suelo y observa el movimiento natural del coxis, que se mueve hacia abajo en el espacio que creaste con la rotación de tus muslos.
- Siente cómo tu pecho se levanta sólo a través de la presión adecuada aplicada a través de los talones de los pies en el suelo.
- Relaja tus hombros, relaja tu cuerpo entero y siente que tus pies están pegados completamente al suelo.
- Observa en qué lugar ejerces más presión de forma natural en tus pies – ¿en el interior o parte de afuera? Trata de igualar y traer más equilibrio a tu postura. No tenses las piernas mientras presionas las partes de los pies, deja que tu cuerpo esté activo, pero completamente relajado.
- Cierra los ojos y observa lo que está sucediendo dentro de ti. Trata de encontrar tranquilidad y equilibrio mientras mantienes tu cuerpo perfectamente alineado. Puede ser que te sientas extraño por un tiempo ya que hasta ahora estabas alineado de una manera diferente.
- Trata de mantener todos tus músculos completamente activos durante la práctica – con la inhalación, aumenta el estiramiento por todo el cuerpo y con la exhalación relaja los omóplatos extendiéndolos hacia abajo de la espalda.
- Si es posible, permanece en esta postura durante 1–10 minutos cada día.
Practicando esta postura regularmente mejora tu postura al estar de pie, el equilibrio, la energía y la concentración. Aunque parezca que estás relajado, la postura fortalece los músculos de los pies, cuádriceps, pared abdominal, diafragma, caderas interiores y pelvis interior. También flexiona los codos y extiende las muñecas.
Sin embargo, hay que mencionar que las personas con presión arterial baja y dolores de cabeza frecuentes deben evitar posturas prolongadas.
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