Nuestro cerebro representa la parte más compleja del cuerpo humano. Consta de 100.000 millones de células nerviosas (similar al número de árboles en el Amazonas). El cerebro controla nuestros movimientos, sentimientos, comportamientos, conocimientos y funciones. De hecho, a pesar de la intensa investigación sobre el cerebro, todavía existen grandes dudas acerca de cómo funciona.
¿Cómo percibir y entender la información del entorno?
Ante una cierta situación que nos hace reaccionar, la información viaja a través de diferentes canales para entrar en el cerebro. Viajes y experiencias vividas a lo largo del camino tendrán un impacto significativo en la reacción final del individuo.
1. La información del ambiente entra
La información del entorno (dolor, calor, frío...) se abre paso en nuestro cerebro. Cuando esto ocurre es cuando tenemos consciencia, detectamos la escena sin reacción ni juicio. Recibimos de forma objetiva información sobre lo que acontece.
2. Categorización de los datos
En segundo lugar se activa la percepción del contexto; en este momento se forman las emociones y las etiquetas. Esto nos lleva a clasificar los datos que obtenemos: lo que nuestra mente sabe sobre estos datos. ¿Qué hemos aprendido de ellos en el pasado?
3. Sensación en el cuerpo
En el tercer nivel se realiza la transmisión de señales desde el cerebro al cuerpo. El cerebro informa al cuerpo de las experiencias. Se crea una sensación en el cuerpo basada la percepción pasada (historias memorizadas, religión, expectativas) y puede ser agradable o desagradable.
4. Reacción
Sólo entonces, se producirá una reacción. Nuestra percepción determina si nos gusta una cierta sensación o no. Cuando nos gusta algo, queremos más. Cuando no nos gusta algo queremos que termine.
Así nuestra vida se convierte en el resultado de nuestras propias acciones y reacciones que aparecen de forma natural a través de nuestro cerebro.
LA TÉCNICA PARA ENTENDER LA MENTE
Imagina que cada día dejase en ti una impresión dolorosa. Al final del año, todas esas impresiones estarían en tu memoria. ¿Cómo te sentirías entonces? De todas ellas, selecciona la que más te impresionó, y desecha las demás.
De esta manera puedes ver que basta un pequeño recuerdo para que te cause sufrimiento. Recordando esta dolorosa impresión, piensa cómo en el futuro podrías asimilarla para que no te hiciera tanto daño. Adopta el mecanismo para ello. No importa lo que pase, siempre se dará una circunstancia que te permita interpretar tu experiencia de una forma positiva.
Piensa... ¿Cómo fue tu año pasado? ¿Cuántos recuerdos te vienen a la cabeza? ¿Vives y reaccionas en base a viejas historias y modelos de pensamiento antiguos?
Para poder sentir la frescura, es necesario soltar lastre
Trata de tomar conciencia de las historias traumáticas y las positivas que influyen en tus reacciones. Al reconocerlas, podrás dejar atrás las viejas formas de pensar y actuar. Tu vida será tuya: prepararás tu entorno para ser feliz.
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