El movimiento consciente

La sociedad y los medios de comunicación modernos cada vez más estimulan la importancia del movimiento y el ejercicio, que puede contribuir significativamente a mejorar la salud. A pesar de que la gente actualmente es más activa que en otras épocas, ese 'movimiento' no es consciente. Un ser humano no es sólo un cuerpo: es necesario incluir la mente. Sólo cuando hacemos ejercicio conscientemente, es posible influir activamente en los aspectos que harán que se produzca una completa armonía.


Movimiento y ejercicio por sí solos no activan todo el cuerpo
El movimiento consciente es algo totalmente diferente al simple movimiento. Entrenar, por ejemplo, representa una actividad puramente física, pues no incluye cuerpo, mente y conciencia como un TODO. Nuestra mente piensa en el trabajo en sí o en los resultados que obtendremos.

¿Qué es un movimiento consciente?
Cuando nos movemos conscientemente, involucramos a nuestro ser por completo. Esto significa que somos conscientes de nosotros mismos en relación a nuestro posicionamiento físico corporal, nuestro movimiento, nuestra respiración, y nuestra tensión muscular. A través del movimiento consciente aprendemos a controlar nuestro cuerpo y nuestra mente. Un cuerpo fuerte obtenido a través de ejercicio físico regular sin consciencia, limita nuestra capacidad para lograr salud y vitalidad. Del mismo modo, una mente altamente desarrollada en un cuerpo débil y enfermo no es capaz de aprovechar su potencial.

Requisitos para el movimiento consciente
Con el fin de movernos conscientemente, debemos eliminar cualquier dolor, enfermedad o trastorno psicológico. Mente y cuerpo no son dos entidades separadas. Imaginemos la mente como el equipo y el cuerpo como el motor, muy conectados entre sí. Mejorando el estado del cuerpo vamos a influir en los cambios mentales positivos. Y viceversa.

Las asanas de yoga nos ayudan a alcanzar el movimiento consciente
Mediante el uso de asanas lo que sánscrito significa una postura física que nos permita mantenernos relajados durante mucho tiempo, practicamos el movimiento consciente. Una vez que somos capaces de respirar profundo y relajados durante un tiempo, enfocando nuestra atención sólo en la situación física de nuestro cuerpo, influiremos positivamente en el sistema endocrino. Obtendremos además una visión más optimista del mundo, eliminando pensamientos negativos, aumentando el rendimiento y atrayendo el equilibrio y la armonía a otras partes del cuerpo (la circulación sanguínea, sistema nervioso, sistema respiratorio y digestivo). Cuando la conexión entre la mente y otras partes del cuerpo es débil, se presentan problemas de salud.

Finalmente, con la ayuda del movimiento consciente empezamos a respirar más profundo. De esta manera, nuestra mente se relaja, se reducen los niveles de estrés y nuestro bienestar general mejora.


CONSEJOS PRÁCTICOS PARA EL MOVIMIENTO CONSCIENTE

1. Menos es más
Es mejor prácticar con plena consciencia unos minutos que hacerlo largos periodos de tiempo con nuestra mente en otra parte. También es importante que estés relajado durante la práctica. Normalmente, cuando intentamos buscar la perfección en una postura concreta, comenzamos a contraer nuestros músculos; de esta manera en vez de relajar nuestro cuerpo, provocamos más tensión..

2. Coordina el movimiento y la respiración
Los movimientos deben ser lentos y controlados (tanto como sea posible) y en consonancia con nuestra respiración. Así, cuando hacemos ejercicio conscientemente, habilitamos y facilitamos la respiración con el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en los pulmones, teniendo un impacto positivo en nuestra calma mental.

3. Siempre desvía la atención a tu respiración
Si alguna vez tu mente comienza a perderse durante la práctica, redirígela a la práctica de la respiración: relaja los músculos y calmarás tu mente.

4. Tómate tiempo para el descanso activo
Después de un entrenamiento nunca olvides dedicar tiempo a relajarte. Al relajarte tras una actividad deportiva, los músculos tienen la oportunidad de volver a su estado original, dando lugar a una gran afluencia de sangre oxigenada que fluye por las venas, reemplazando la sangre, llena de toxinas. En el tiempo de relajación, los efectos de esta práctica se reflejan en nuestro cuerpo y nuestros órganos internos se regeneran.


Movimiento consciente en el trabajo:

1. Sentado en el ordenador
Mientras estamos esentados delante del ordenador, nos damos cuenta de cómo nos sentimos ¿Están nuestros hombros presionado al cuello y elevados? ¿Estamos relajados? ¿Dónde sentimos la tensión? Incluso un simple giro de la columna a un lado y luego al otro puede ayudarnos, mientras tomamos una respiración profunda y observamos cómo el oxígeno que respiramos viaja a través de la sangre por todo el cuerpo ¡Notarás el cambio!

2. Caminando
Obsérvate mientra caminas: ¿Mantienes una posición recta? ¿Caminas rápido o lento? ¿Inclinas los hombros? ¿Tienes tensos los músculos de la cara? Todos estos signos son un indicador de lo que está sucediendo en nosotros mismos y sobre todo, reflejan nuestros procesos de pensamiento.


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