Strangers in the Night

Hay un pico en algún lugar a unos 3700m de altitud, donde con suerte, se puede ver toda la cordillera de los Himalayas. Es el hogar del Dios Shiva, el destructor del egoísmo y del ego. Un lugar muy antiguo pero del que nadie sabe su origen. Se dice que es uno de los lugares más auténticos que se encuentran en el Himalaya. Fue aquí donde Pandavas, los ganadores de la guerra en la famosa épica de Mahabharata, vinieron a pedir perdón al Señor Shiva por todos sus asesinatos. Al oír esas palabras de un extraño por el camino, supe exactamente hacia dónde me dirigía.


La vida es sólo una obra de teatro
Sentada en el asiento de alante con el monje a mi lado, estaba preparada para una nueva aventura. Justo cuando el autobús estaba a punto de salir, un padre con dos niños entró. Babaji, como si supiera que me encantaban los niños, aupó a un niño y lo puso en mi regazo. En poco tiempo el niño se quedó dormido en mis brazos. Comenzamos a conducir por una colina muy empinada. Entonces, de repente, en medio de la colina, el autobús se detuvo y lentamente comenzamos a rodar hacia atrás. Todo el mundo entró en pánico. Llevando al niño dormido en mis brazos, me pidieron que lo arrojara por la ventana, mientras la gente gritaba y empujaba para bajarse del autobús. Babaji permaneció tranquilo y se quedó sentado.

Lo miré con una expresión burlona: "¿Debemos bajar?" Me miró y sonrió. Era como si estuviera en una película de acción, donde todo el mundo entraba en pánico sin ninguna razón. Estaba sentada en silencio y completamente inmóvil. Luego me miró a los ojos, todavía sonriendo: "Es su voluntad. Moriré cuando lo decida.“

Yo estaba sentada allí, pero seguíamos rodando hacia atrás, mientras que la mitad de los pasajeros habían logrado salir del autobús. Inhalé profundamente, permanecí sentada y decidí intentarlo. De repente, todas mis dudas y miedos habían desaparecido. Todo lo que quedaba en mi rostro era una sonrisa. Estaba sonriendo ante el caos que estaba teniendo lugar a nuestro alrededor. Entonces el autobús se detuvo. Ya no había mucha más gente en el autobús, así que el autobús tenía la fuerza necesaria para continuar subiendo la colina. Babaji me miró: "Ves, todo ha pasado para que esos pasajeros que había de más se fueran y así que pudiéramos continuar de nuevo."


Cuanto más compartimos, más ganamos
No pude hacer otra cosa que sonreír. Era tan sencillo.... pero acertó de lleno con todo lo que dijo o hizo. Para llegar al pueblo a 3600 metros tuvimos que coger un taxi. Cuando llegamos a la cima de la colina, donde estaba el templo, ya estaba oscuro. Decidimos dormir allí y continuar la mañana siguiente. Tenía hambre y una vez más comencé a sentir la presión de altitud en mi cabeza. Lo último que esperaba era dormir en un hotel. Como si supiera lo que estaba pensando, logró encontrar una casa, donde la gente estaba haciendo la cena en el suelo. Nos mostraron una habitación muy sencilla y humilde, que era probablemente la suya. Ofreciéndonos su habitación a nosotros significaba que tenían que dormir fuera en el suelo, pero aún así nos dejaron la habitación.

Como dije, había una familia cenando. Yo no estaba dispuesta a comer una comida que había sido preparada en el suelo, pero, sin embargo había algo en esta comida que me hizo sentir que debía comer. Nunca sentí una sensación tan fuerte que empujara a intentar algo. De hecho, después de probarlo, me di cuenta de que era la comida más increíble que había probado en mi vida. Había otra familia india que se hospedaba allí y todos nos sentamos juntos mientras hablabamos y comíamos. Uno de los invitados nos dijo que el dueño de la casa, el anciano que tenía sólo una pierna, tardó horas en preparar la cena para nosotros con mucho amor. Fue la primera persona que descubrió el hermoso templo en la cima de la colina hace muchos años. Anteriormente, el templo había estado oculto durante muchos siglos.

El anciano parecía estar triste por la industria hotelera que estaba trayendo autobuses llenos de turistas a las montañas sólo para hacer dinero, en lugar de conservar este encantador lugar auténtico y puro. Pude ver que había tanto amor y dedicación en todo lo que hizo..... Era un hombre muy especial y me sentí tan bendecida con su presencia que terminé quedándome con él en vez de en una fría habitación de hotel.

Nos sentamos, charlando, riendo, haciéndonos fotos..... fue una noche tan preciosa..... Una noche que recordaré el resto de mi vida. Éramos un grupo de extraños que se reunieron esa noche, pero en realidad parecíamos mucho más una familia que se reunía en víspera de Navidad. Me sentía como en casa una vez más – segura, relajada, natural y pura. Me sentía como si nos conociéramos toda la vida. Babaji me miró con sus ojos grandes y oscuros: "¿Eres feliz?" ¿Qué podía contestar... Sólo con mirarme transmitía tanto amor..... Miré hacia atrás como una niña que acaba de descubrir el mejor de los dulces. Había una sensación de naturalidad y contesté: "Estoy muy feliz. No tienes ni idea de lo feliz que soy. Gracias. Esto es mejor que cualquier tipo de hotel de cinco estrellas de lujo!"


El toque de Shiva
La mañana siguiente nos despertamos a las 4 de la mañana para coger el único autobús que había ese día. Todavía estaba oscuro cuando comenzamos a caminar por el bosque. En sólo dos horas subimos a uno de los templos más antiguos y desconocidos de Shiva en la India.

Debido a las nubes, no tuvimos la suerte de ver toda la cordillera del Himalaya. Me hubiera gustado quedarnos un poco más. Sentía que el tiempo iba demasiado rápido y empecé a sentirme impaciente. Mientras, observaba a Babaji. Estaba lleno de amor incondicional, nunca se quejaba, siempre aceptando mis cambios de humor como si fueran normales y sin tenerlos en cuenta. Cuanto más impaciente me volvía, más amor me enviaba. No importaba la reacción que tuviera y mi comportamiento, él sólo me sonreía y me decía que era normal lo que me pasaba. Por lo tanto, sonreí y olvidé que estaba siendo impaciente.

El templo no podía compararse ni por asomo con los otros templos que había visto en la India. La figura de Shiva estaba tallada en piedra. El templo era muy antiguo, probablemente anterior al origen de la religión hindú moderna. Pedí perdón por todos los actos egocéntricos del pasado. Un sacerdote de afuera estaba sonriendo e insistió en fotografiarme. También me invitó a volver para visitarlo y quedarme con él. Me sentía muy tentada por la oportunidad, pero era hora de irse.

Para ser perdonado, hay que perdonarse primero
Volvimos justo a tiempo para hablar con el dueño de casa de la noche anterior, tomando un té y entreteniendo algunos turistas que pasaban. Se detenían para hacernos fotos: ¡una chica con dos viejos! El autobús estaba esperando, pero Babaji se giró hacia mí, me miró a los ojos y sin siquiera revisar el autobús dijo: "Está lleno." Yo no entendía lo que estaba tratando de decirme. Ni siquiera comprobó si había espacio o si había otra opción. Incluso me impidió ir a comprobarlo. Como nos dimos la vuelta había un taxi esperando junto a nosotros. Iba a la aldea donde queríamos ir. Fue en este momento, cuando perdí completamente el control de mi misma no entendía nada, el por qué o el cómo.

Me giré hacia él con una voz furiosa: "¿Por qué hicimos todo esto entonces? ¿Por qué corrimos nos dimos tanta prisa, si podríamos haber estado más tiempo y despues haber cogido un taxi? No. Estábamos corriendo para coger el autobús ¡que iba a estar lleno! ¿Por qué hicimos todo esto? Podríamos estar ahora mismo más arriba, disfrutando de las vistas y el sol! "

Estaba allí de pie, con sus enormes ojos marrones que desprendían amor, mirándome directamente a los ojos, como si le estuviera diciendo lo hermoso que era. No tenía motivos para hablarle así. Yo estaba enfadada y quería hacerle responsable de mi ira, pero él no reaccionó. Sus inocentes ojos grandes me asustaron y seguí diciendo: “Quiero que sepas que cuando lleguemos a nuestro próximo destino, necesito algo de tiempo para mi misma. Podemos cenar juntos, pero luego me iré por mi cuenta.“

Él asintió y estuvo de acuerdo en lo que yo le pedía. Sería como yo deseaba. Estaba allí parado, escuchándome, cuando observé cómo sus labios comenzaron a moverse como si estuviera rezando.

Nos sentamos en el coche pero yo todavía estaba enfadada por mucho que intentara remediarlo. Yo era demasiado orgullosa para decir un 'lo siento'. Estuvimos conduciendo más de 2 horas, él había estado orando todo el tiempo y yo estaba cantando mi mantra pidiendo ayuda, pero todavía no podía deshacerme de ese sentimiento de enfado tan fuerte. Fue uno de los peores paseos de mi vida. La más espantosa montaña rusa en un parque temático habría sido una mejor opción en ese momento. Entonces me quedé dormida. Cuando me desperté, ya había otro taxi esperandonos. Poco a poco, empecé a sentirme mejor y estaba lista para disculparme. Mientras caminaba hacia el taxi, él estaba de pie allí, mirándome. Tenía algo en sus manos. Lo miré.


A veces hacer todos nuestros deseos realidad no es suficiente
'No voy a ir contigo. Ve por tu cuenta. Esta es mi dirección para que puedas visitarme en mi Ashram.' Me volví hacia él con mis ojos en gesto suplicante: "¡Pero Babaji, no puedes irte así! Vamos a cenar juntos esta noche." Él estaba allí, sonriendo con amor. Estaba tan tranquilo.... No podía creer que estaba sucediendo. Finalmente, se me concedió lo que deseaba, sin embargo, yo me sentía la persona más infeliz del mundo. Era como si estuviera cayendo inconsciente. Luego me miró. "Me voy en autobús. Viene en 2 horas. Voy a mi Ashram. Me quedo en mi Ashram. Cocinaré alli esta noche."
Recordé que me decía todos los días que tenía que visitar su Ashram y qué cocinaría para mí. Sus ojos se iluminaron como dos bolas de fuego cuando habló de ello. Sin embargo, nunca me dijo que uno de sus Ashrams estaba en la aldea de al lado. Lo estaba mirando, tratando de comprender toda la situación, cuando el conductor vino a cerrar las puertas. Babaji abrió sus manos y pude sentir que sostenía algo muy especial, algo muy querido para él: "Es un regalo para ti. De mi Guru. "
"No Babaji, no puedo aceptarlo. Por favor. Te veré esta noche en la oración. ¿Lo prometes? En el gran templo, y luego podemos ir a cenar. Por favor, cógelo, puedes dármelo más tarde."
"No. Tienes que cogerlo ahora. Cuídate."
Yo estaba a punto de empezar a llorar y disculparme pidiéndole que por favor me perdonara pero no pude. Todo lo que podía decir mientras le miraba era: "Te veré esta noche, ¿verdad?", algo que repetí varias veces. Pero él nunca me respondió. La puerta finalmente se cerró.

Todo lo bueno acaba
Estaba parada allí mientras el taxi se alejaba. Me quería tanto..... No importa lo que dije, no importa lo que hice, él me quiso más que nada. Yo no lo podía creer. Su amor era tan fuerte que podía sentirlo mientras nos alejábamos. El sentimiento de vacío, cuando él no estaba allí, me invadió. No podía creer que esto me estuviera sucediendo. Quería saltar del taxi, correr hacia atrás, arrodillarme delante de él y pedirle perdón. Cuando nos alejamos, empezó a llover.

Más tarde ese día revisé todos los autobuses que llegaban al pueblo pero no pude encontrarlo, le llamé al móvil una y otra vez, pero sólo para oír el contestador automático diciendo que el número no existía. Me di cuenta poco a poco de que este era el final, que nunca lo volvería a ver.


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