down ok

Las gotas de lluvia caen sobre mi ventana. Hay poca energía, todo se está cerrando a mi alrededor y, como el entorno que me rodea, mi cuerpo se siente como si estuviera haciendo lo mismo. No quiero que me hagan preguntas ni discusiones para hacerme sentir mejor. No quiero sentirme mejor. No quiero comprometerme con nada. Solo quiero quedarme ahí en ese momento, sintiéndolo en todo mi cuerpo y mi mente. ¿Hay algo malo en eso?


¿No es extraño que cuando la gente está contenta, sonriendo y llena de energía, todo el mundo quiere estar cerca de ellos? Sin embargo, por el contrario, cuando nos sentimos deprimidos y decidimos abrirnos al mundo, compartiendo cómo nos sentimos y qué pensamos, la reacción de los demás es mucho menos positiva. De hecho, la alegría es contagiosa y también la tristeza. Desafortunadamente, la mayoría de las personas todavía reacciona con aceptación a la alegría y con aversión a la tristeza.

Sin embargo, no hay un solo ser humano que no haya experimentado negatividad, tristeza, dolor o cualquier otra emoción o sensación negativa. ¿Por qué somos tan propensos a alejar las personas negativas pero aceptamos personas positivas, como si la tristeza fuera una plaga?


Aprende a aceptar la realidad de tu ser sin importar cuál sea
Hace unos años, pasé un invierno frío y largo a 2000 metros de altura, trabajando muchas horas. Como consecuencia, caí gravemente enferma y, a mi regreso a casa, mi cuerpo necesitó más tiempo de lo normal para sanar. Me tomé tiempo libre para relajarme y aceptar que estaba enferma y me senti deprimida, ya sabía que pasaría. Tan pronto como acepté la realidad y toda la situación, me sentí llena de felicidad. Sin embargo, pronto me di cuenta de que mi entorno y las personas más cercanas a mí no podían manejar mi estado de ánimo, aunque lo había aceptado pacíficamente sin prejuicios ni juicios.

Algunos se preguntaban que por qué estaba durmiendo tanto, otros cancelaron proyectos futuros ante el miedo de que nunca me recuperara. Incluso pensaron que estaba disfrutando de mi estado de enfermedad porque simplemente lo había aceptado. Sin embargo, decidí no hacer nada más que observar la locura a mi alrededor. Después de un par de semanas volví, completamente rejuvenecida y llena de energía. Entonces noté que una vez más la gente quería pasar tiempo conmigo. ¡Éste fue el momento exacto en el que me pregunté si esas eran las personas que realmente quería y necesitaba a mi alrededor!

Es crucial experimentar primero la oscuridad si queremos ver la luz
Tan pronto como me recuperé por completo, me di cuenta de que mi cuerpo y mi mente necesitaban ese tiempo de inactividad. Solo tenía que absorberlo y sentirlo profundamente. Necesitaba experimentar el dolor si quería ser verdaderamente feliz. Hay un viejo dicho en el budismo: "Nada dura para siempre." Nuestras emociones son como el tiempo, ¡continuamente cambian! Esta es la ley de la naturaleza. Sin embargo, seguimos prefiriendo sensaciones positivas particulares sobre aquellas que causan gran sufrimiento, por lo que nunca estamos satisfechos ya que siempre queremos lo que no tenemos.

Por lo tanto, creo que es importante aceptar la realidad tal y como es y permitirnos sentir una variedad de emociones y estados de ánimo. Esto nos permitirá darnos cuenta de que cada emoción trae algo bello con ella. Por ejemplo, cuando me siento cansada y abatida, hay una burbuja increíblemente acogedora a mi alrededor y cuando cierro los ojos, puedo disfrutar de un sueño profundo, que es algo que nunca puedo lograr cuando estoy en un estado feliz y positivo. Confesamos que, a veces, es genial aceptar los momentos en que no nos sentimos bien y ser felices. Al igual que una esponja mojada, permite que se estrujen juntos hasta que se seque de forma natural y te sientas mejor de nuevo.


Consejos sobre cómo abrazar la tristeza y el dolor con amor y compasión:

  1. Se consciente de que te sientes mal.
  2. Acepta tu realidad ya que no estás tratando de cambiarla ni enmascararla.
  3. Entrégate a lo que conlleva tu estado de ánimo. Descansa y nutre tu cuerpo y escucha lo que quiere. No te obligues a sentirte mejor tomando drogas o usando formas no naturales de curación.
  4.  Haz lo que te haga sentir mejor: come alimentos saludables, sal al aire libre, pasa tiempo solo, toma un helado o ve tu programa favorito.
  5. Finalmente, con amor, acéptate tal y como eres. Piensa que todo pasará y que tu estado de ánimo no durará para siempre. Por encima de todo, disfruta la experiencia que se presenta ante ti.

¡Imagina nuestro mundo si todos miraran la enfermedad y la negatividad con la misma actitud que la alegría y el éxito! Intenta marcar la diferencia desde hoy mismo.


Si tienes alguna pregunta o deseas compartir tus pensamientos y experiencias conmigo, escríbeme a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

 

¡No te pierdas las últimas noticias!