
Una mujer conectada con su alma femenina es una mujer que vive su verdadera naturaleza. Una naturaleza que las mujeres han pasado de generación en generación para que sea preservada. Es un regalo que tiene cada mujer, pero en la actualidad solo unos pocos lo aceptan. ¿Cómo podemos encontrarlo y vivirlo?
No necesitamos abandonar la sociedad
Ser fiel a tu naturaleza y libre como una mujer no significa que tengas que abandonar tu vida y tus modales civilizados, convertirte en salvaje y correr por los desiertos y los bosques como una maníaca. Tampoco significa que necesites desconectarte y flotar en una nueva realidad que está muy lejos de lo que ofrece la vida real. NO. Una mujer que abraza su verdadera feminidad es una mujer que vive una vida moderna y completamente cimentada con ambos pies fuertemente en el suelo. Ella es un pilar de fuerza e inspiración para todas las mujeres que han perdido su conexión con su verdadero ser femenino.
Puede que no sea fácil liberarte y reconectarte con tu ser femenino y divino salvaje, puede llevar mucha práctica y esfuerzo e incluso llevar toda la vida. Sin embargo, esto no importa. Lo que importa es dar el primer paso.
La mujer que corre con los lobos
En una vieja fábula hay un dicho sobre un lugar en un desierto donde el espíritu de una mujer y un lobo se reúnen en el momento perfecto. En el medio del desierto, debajo de un río, una anciana sabia sigue recogiendo huesos de lobo hasta que un día, muchos años después, el esqueleto se completó. Luego, durante la siguiente luna llena, se sienta al lado del fuego, totalmente conectada con las llamas y comienza a cantar una canción del corazón. Cuanto más se conecta y más profunda y más fuerte se vuelve su voz, más se reaviva el esqueleto del lobo, crecen los músculos, la piel y el alma hasta que se convierte en un lobo. Sin embargo, bajo el rayo de la luna llena, el lobo se convierte en una mujer, completamente libre y divina, liberada en su naturaleza salvaje, su hogar.
La metáfora de la historia de la resurrección
Esta historia de la resurrección, como muchas otras historias que encontramos en diferentes tradiciones, no es una historia sobre un milagro. Las historias de Osiris, Isis y Horus, Jesucristo, Deméter y Perséfone representan una metáfora de un viaje de transformación que cada uno de nosotros está por comenzar en un cierto punto de nuestras vidas para permitirnos encontrar y conectarnos con nuestra verdadera divinidad. Representan la posibilidad que todos tenemos para transformar nuestras vidas si elegimos hacerlo.
La historia de la resurrección comienza con la reconexión de las partes perdidas del yo que se encuentran en varias partes de nuestro subconsciente, una tras otra, hasta que las encontremos todas, y luego nos sintemos profundamente conectados con nuestro interno yo. Tan profundamente que podemos escuchar nuestra voz interior volver cada vez más y más fuerte, dejando que se vaya lo que debe morir y hacer espacio para lo nuevo. Reanudando el vínculo con nuestra intuición y profunda sabiduría que hemos mantenido ocultos o nos hemos negado a escuchar durante años de desconexión. Este es el momento en que podemos escuchar la voz de nuestra alma.
La sabia anciana desde abajo
La sabia anciana no es tanto una persona como una esencia que ha tenido muchos nombres en diferentes tradiciones. Sólo sabemos que es una voz interna. Se encuentra en lo más profundo y solo se puede llegar a ella mirando hacia adentro en lugar de seguir lo que está afuera. Ahú es donde el 'yo' y el 'tú' se disuelven, donde la mente y el instinto se reúnen y donde una mujer resucita y corre con los lobos, salvaje y libre. Es una metáfora para encontrar el verdadero yo natural que todas las mujeres ya tienen dentro, sin embargo, no saben cómo conectarse con él, escucharlo o expresarlo completamente. Es lo que es y no puede ser copiado, es infinito y está lleno de amor y fuerza creativa.
Al decir esto, la luz que traemos a la vida en un proceso de transformación no viene tanto de nuestros corazones como de nuestros ovarios, donde se almacena nuestra fuerza femenina divina. Si negamos esta fuerza, negamos toda la fuerza salvaje femenina primordial dentro de nosotros. También nos negamos a nosotras mismas como mujeres. Recuerda que puedes silenciar y alejar tu espíritu pero no puedes matarlo.
Hazte una pregunta:
Antes de dar el primer paso y comenzar a recordar tus huesos perdidos que representan una metáfora de tu alma indestructible (los huesos sobreviven incluso a la cremación y por eso se consideran indestructibles) hazte las siguientes preguntas:
¿Puedo escuchar la voz de mi alma y si no, dónde se esconde?
¿Qué huesos faltan en mi vida?
¿Cómo de conectado estoy con mi intuición?
¿Cuándo fue la última vez que estuve completamente libre y desocupada?
¿Cómo llego a una vida digna de ser vivida?
Después de una breve reflexión, toma la decisión consciente de reconectarte con las partes perdidas de ti mismo. Hay diferentes maneras de abrir la puerta a este viaje. Puedes desarrollar un profundo amor por la naturaleza y conectarte plenamente con ella, meditar y pasar tiempo en silencio sola, amarte más y tomarte el tiempo que necesites para hacer lo que te hace feliz o escuchar historias antiguas que revelen sabiduría profunda y verdades eternas. Cualquiera te permitirá descubrir gradualmente las profundidades de tu alma.
Existe una vieja creencia que sigue siendo válida para aquellos que están dispuestos a aceptarla: Reconectarse con tu alma salvaje femenina significa ser joven cuando eres vieja y envejecer cuando eres joven.
Si tienes alguna pregunta, deseas compartir tus pensamientos conmigo o emprender conmigo el viaje hacia la búsqueda de tu femenidad salvaje, escríbeme a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..